lunes, 12 de abril de 2010

Little Ashes


"Si voy a algo mas que la media, si alguien llegara a recordarme, entonces debo ir mas alla, en el arte, en la vida, en todo" -dice Robert Pattinson en las primeras escenas de Little Ashes, pelicula en la que interpreta a Salvador Dalí y que cuenta los primeros años de vida artistica del famosisimo pintor, sus días en la celebre Residencia de Estudiantes de Madrid, donde compartió salones y clases con grandes artistas e intelectuales de su tiempo como Luis Buñel y Federico García Lorca, hombres obsesionados con el genio, lo oniroco y la transcendencia, de los cuales Dalí llego a ser el más obsesivo, llevándonos a travez su polémica amistad con García Lorca y la construcción artificial de su propio carácter, de su genio y su locura.

Pero para entender Little Ashes, siendo este un drama biográfico, habría que saber el por qué de la obsesión de Dalí con la transcendencia, que es también el por qué de su aparente locura y lo que lo llevo a unirse a los surrealistas, estando quizá la respuesta en la búsqueda de esa identidad que le fuera arrebatada cuando al morir su hermano mayor siendo un niño apenas, a Salvador le pusieron exactamente el mismo nombre que al difunto hijo, para compensar esta perdida y esperándose de él lo que se esperaba del otro.

Asi Dalí creció en rebeldía, usando su intelecto para llamar la atención lo mas que pudo, al punto que a su padre no le quedo otra opción que mandarlo lejos a estudiar lo único, que en sus palabras,para lo que su hijo parecía servir, la pintura.

Allí empieza Little Ashes con la llegada de Salvador a la escuela, disfrazado y nervioso, con una timidez que era, en aquel entonces, dominante en su personalidad; en busca de esa pequeña inmortalidad, abriéndose a un mundo de ideas subversivas, de pensamientos nunca antes imaginados, en una España convulsionada por la guerra civil, donde la bohemia era una forma de escape del intelecto. Salvador era apenas un joven en blanco, vulnerable a estas grandes mentes, estos grandes genios que poco a poco creaban un nuevo modo de vivir un nuevo modo de ver el mundo.

La fascinación por lo onírico es también la fascinación por el inconsciente, por las emociones escondidas, aveces sublimes, otras bestiales, en ocasiones fascinantes y también aterradoras; un mundo sin limites morales, regido solo por la pasión, la idea, el odio y el amor. Así funcionaba la cabeza de Dalí cuando de joven, fascinado por García Lorca, entablo una amistad tan pasional, tan fuerte que rayo en el romance. Y quien podría culparlos, el deseo no proviene mas que del corazón y de la mente, Dalí y Lorca se gustaron, admiraron y amaron por igual, la única diferencia fue que García Lorca estaba ya sumergido en el mundo de la bisexualidad y Dalí era como dijimos un joven en blanco.

Little Ashes se muestra perturbadora en mostrar esta historia de amor, aunque por momentos caiga en el banalismo de las escenas bohemicas. Javier Beltrán hace un justa interpretación de García Lorca, imponiendo su presencia y fuerza a la de Pattison, que siempre juega el papel de seguidor y victima, haciendo de su interpretación un juego bastante simple de miradas temerosas, salvándose solo al final, cuando regresa del viaje a París, nuevamente disfrazado, esta vez eternamente, en cuerpo y mente.

Pero, ¿que pasó en París, qué cambió tanto a Salvador? la película no lo contesta, la cámara se queda en España con un García Lorca atormentado por la perdida de su amigo, de su objeto de deseo: pero Dalí vuelve, completamente transformado, purificado, con una nueva personalidad que lo seguiría el resto de su vida. En París Dalí había conocido a los surrealista y se había enamorado de quien seria a la vez salvadora y musa, madre y amante, su eterno amor Gala.

Desde ese momento las vidas de Salvador y Federico se separan. Dalí salvado por Gala, Federico asesinado por Franco, Little Ashes no es un a gran película y ,como en cualquier biopic, es la figura historia y su vida quien destaca de toda forma, pero es sin duda recomendable para entender los procesos del amor.

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