Vivir a la sombra de Toy Story ha sido una constante, primero para las películas animadas de Pixar y ahora, ya absorbida por Disney, también para las cintas de esta última. Wreck-it Ralph! rompe con el declive que tenía este género con una, no puedo decir menos, asombrosa creatividad y al mismo tiempo con una historia y personajes como sola la más grande maquinaria de entretenimiento que el mundo ha visto podía hacer.
Wreck-it Ralph! vuelve los ojos a los amantes de los videojuegos, con la historia de Ralph un personaje de arcade cuyo “trabajo” es cumplir el rol que tiene en su juego y moverse a las órdenes que comanda el jugador; el conflicto se genera porque Ralph es el villano, destinado a perder siempre y vivir a la sombra del héroe, por lo que, cansado de todo esto, decide ir tras la posibilidad de obtener una preciada medalla de héroe que le dé el reconocimiento y popularidad que tanto ansia, para esto abandona su juego e ingresa a otro, embarcándose en una insospechada aventura.
Asi
pues Ralph viaja por nuevos “mundos” en los que debemos resaltar el nivel de
detalle y la minuciosidad del proceso creativo en el diseño de cada peculiar
juego; es tal cuidado en cada vertiente del concepto, que es muy posible que no
se les haya escapado nada, los escenarios de Wreck-it Ralph! tienen una calidad que
rivaliza con las producciones más galardonadas de Hollywood.
A
pesar de que el medio de los videjuegos ya ha sido explorado anteriormente por
la misma Disney en cintas como Tron, como también por artistas independientes (Scott
Pilgirm de Bryan Lee O’Malley); Wreck-it
Ralph! se siente fresca e innovadora, debido en parte a la participación del público,
que se vuelve cómplice de la misma al añadir su propia experiencia, si la
tuviera, al conocer los multiples videojuegos a los que se hace referencia en
la cinta (Mario, Street Fighter, Sonic, Pac-man, Tapper, Mortal Combat, Crash, Frogger entre otros) cuya mención, uso parcial ó aparición de sus personajes a modo de cameo, es parte de un inteligente guión que complacerá a los mas exigentes críticos.
Por momentos
Wreck-It Ralph! supera los mejores intentos por crear
una carrera llena de arenalina que pudieran haber hecho Lucas en “The Phantom Menace”,
ó los Wachonski en “Go Racer!”, iguala en climax a “The
Lord of the Rings” de Jackson y aventaja en emoción y sinceridad a la más
inflada "Avatar" de Cameron.
Y
si algo tal vez no lleve a Wreck–It Ralph! a culminar el redondo logro de
alcanzar a Toy Story esto sería las limitaciones de sus personajes y su espacio; estas afectan
la empatía que generarían sus pericias motivaciones, miedos y triunfos, si
estas se desarrollaran en el mundo real, en lugar de en el mundo del arcade, como si sucede en Toy Story, Finding Nemo, Wall-E ó Up donde el mismo ambiente donde
se desarrollan invitan a la identificación inmediata. Pero cada historia tiene
su espacio y Wreck-it Ralph! es perfecta en el suyo propio.
Si
bien Wreck-it Ralph!, mezcla Toy Story, Shreck y Monsters Inc. en una formula
sin posibilidad de fracaso entre el gran público, lo mejor y más recomendable es
olvidarse de todo eso y simplemente disfrutar de esta maravillosa película, que
sin duda elegiría como una de las
fuertes candidatas a la mejor película animada del año.
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