lunes, 10 de marzo de 2008

Citizen Dog


La tendencia a unir el realismo magico con una historia de amor y fantasia parecer ir de mano en mano de los directores mas poeticos partiendo desde Wong Kar Wai y su Chungking Express, pasando por Jean-Pierre Jeunet y llegando esta vez a las manos del tailandes Wisit Sasanatieng y su Citizen Dog, pero envolver a estos tres directores bajo un mismo titulo no sería lo correcto, basandonos solo en el hecho comun de sus aparentes tramas.

Si analizamos lo distintas que son sus peliculas, podremos notar que las diferencias las convierten en entes tan distantes que insistir en su similitud solo nos cegará ante la verdadera escencia que cada director impuso en su film. En Citizen Dog la historia de busqueda de la felicidad basada en el amor tiene como transfondo de critica social de las grandes ubres, en este caso Bangok, sus habitantes y sus manias, producto de un modo de vida rapido y sin direccion, cuya unica salvacion se encontra en el amor que todos necesitamos, por eso, ya desde primera escena Sasanatieng nos muestra como la historia que estamos a punto de ver es el camino de la salvacion de toda una ciudad y no solo el amor aislado de una pareja de amantes, con su conmovedora escena de apertura Citizen Dog nos abre el telon de toda una gamma de metaforas y personajes representativos de cada mal que aqueja a la sociedad actual.

El conformismo, la soledad, la incomunicacion, la industralizacion, el fanatismo, la inseguridad y la busqueda de la felicidad basada en una farsa, se nos muestran en las figuras que abren y cierran los capitulos de Citizen Dog, emarcados en una estetica cautivante y bajo una gran direccion que no hace mas que confirmar el gran talento de Wisit Sasanatieng, como artifice en la creacion de realidades emotivas de gran imaginación.

Finalmente Wisit Sasanatieng nos deja, y sus personajes nos quedan dando vueltas, el discurso es claro, pero el director ha fallado en aplicarlo, todo resulta tan obvio que la forma del film se desfigura y tiene uno la sensacion de que nunca hubo un detonante de reflexion inconsciente, mucha mas poderosa que un discurso, creo yo, y que solo nos queda la opccion de poner en palabras las imagenes de Sasanatieng.

Citizen Dog, en mi opinion personal, no alcanza el gran sentido artistico, ni la trascendencia de otras producciones Tailandesas, pero ¿quien soy yo para privarlos de este cine?, solo la experimentacion personal del film tiene la ultima palabra.

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